Érase una vez una princesa destrozada que, después de ver desaparecer toda su vida delante de sus narices, decidió marcharse unos mares más allá a empezar de cero. Llevando como toda posesión una maleta, un montón de moratones en el alma y el deseo de aprender a vivir de nuevo, se marchó a Nueva York.
Y resultó que Nueva York era demasiado grande y le daba mucho miedo, pero encontró su pequeño rincón en un apartamento de una pequeña terraza de la casa donde empezó a trabajar y cada día se alejaba un poquito más de su zona de seguridad, como si llevara un collar invisible que tirara de ella cuando sonaba la alarma de "haberse retirado demasiado".
María Moreno ha logrado describir a la protagonista con una precisión y unas cualidades tanto físicas como personales que ha hecho que me enamore de ella y de su historia. Miguel Carmona.
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